2 ene 2021

Tratamientos y Prevenciones de Enfermedades de Transmisión Sexual



Enfermedades de Transmisión sexual 




Las enfermedades de transmisión sexual (ETS) representan a un grupo de padecimientos infecciosos que se transmiten predominantemente por contacto sexual. Algunos de éstos son considerados como de notificación obligatoria en la mayoría de los países, y continúan teniendo una frecuencia inaceptablemente alta, fundamentalmente entre gente joven en edad reproductiva y con vida sexual activa.

Las ETS, y sus complicaciones, no están distribuidas uniformemente entre la población, pues sólo algunos grupos específicos son los que se encuentran en riesgo de adquirirlas o transmitirlas; a ellos se les debe reconocer con el fin de incluirlos en los programas de vigilancia y control. Hay también algunos subgrupos de individuos que sufren particularmente las complicaciones; por ejemplo, las mujeres que inician su actividad sexual a edad temprana y que tienen varias parejas en lapsos cortos.

La mujer embarazada es parte de un grupo especial prioritario para el control de las ETS, ya que estas infecciones pueden llegar a alterar el curso normal del embarazo, el parto, el puerperio y la lactancia, situación que compromete la salud del binomio madre e hijo.

Las ETS pueden constituirse en un evento intercurrente adverso en el curso del embarazo. Los patógenos transmitidos sexualmente juegan un papel importante en la etiología del embarazo ectópico, el aborto espontáneo, los mortinatos, la prematurez, de las infecciones congénitas, perinatales y neonatales en el producto en un útero y en el recién nacido, así como de las infecciones puerperales maternas.

Tratamiento y prevención de las enfermedades de transmisión sexual Ernesto Calderón-Jaimes, M.C., M.S.P. Los adolescentes son considerados de alto riesgo para adquirir ETS por los motivos siguientes: desarrollan diversas infecciones a temprana edad; tienen relaciones sexuales sin ningún medio de protección; son biológicamente más susceptibles a la infección; tienen mayor posibilidad de contraer infecciones con curso clínico asintomático; son más renuentes a solicitar consulta médica, ya que enfrentan múltiples obstáculos para utilizar los servicios de atención médica y, como agregado, reciben tratamientos empíricos sin una base comprobatoria de la etiología; además, no son sujetos de vigilancia epidemiológica en pareja y, finalmente, son ellos los que sufren las complicaciones tempranas o tardías durante su vida sexual.

El problema de las ETS no se conoce debidamente en México; las pocas clínicas especialmente instaladas con ese propósito atienden a un número muy limitado de hombres y trabajadoras sexuales, de tal manera que la información que se desprende de su actividad no es representativa de lo que ocurre en la población. Sin embargo, se ha estimado que la frecuencia de ETS en la población general fluctúa entre 0.1 y 0.5%; en cambio, para la población considerada como de alto riesgo, se calcula una frecuencia que va de 10 a 20%. La población más afectada se encuentra entre los 18 y 24 años de edad, y la relación hombre-mujer es de entre 7 a 10 por uno.

El propósito de este trabajo es presentar los aspectos más sobresalientes y actualizados del tratamiento y la prevención de las enfermedades adquiridas por contacto sexual; asimismo, se describen las manifestaciones clínicas de las mismas, que son lo suficientemente evidentes como para motivar la consulta médica. Se tomará en cuenta que es el médico general quien tiene el primer contacto con esos pacientes, de tal forma, que se ofrecerán algunos recursos clínicos y de laboratorio que permitan precisar el diagnóstico, respalden el o los esquemas de tratamiento y prevención y, asimismo, faciliten el seguimiento y la vigilancia epidemiológica de la población potencialmente expuesta al riesgo de contacto y transmisión.











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29 dic 2020

Paradigmas evolutivos de la orientación sexual


La orientación sexual 


Tradicionalmente, la orientación sexual es definida como la inclinación o preferencia hacia miembros del sexo opuesto (heterosexualismo), del mismo sexo (homosexualismo) o de ambos sexos (bisexualismo). La investigación en este campo ha ido adquiriendo cada vez mayor interés por parte de la comunidad científica, especialmente de los evolucionistas que ven en ella un problema para la teoría evolutiva (Kirkpatrick, 2000; Rahman and Wilson, 2003).

El paradigma evolutivo está basado en la adaptabilidad de la conducta: aquel comportamiento que favorece la supervivencia es adaptativo y garantiza el éxito reproductivo. Si la orientación heterosexual favorece la reproducción, la selección sexual y la evolución de las especies, ¿cómo ha ocurrido la conducta homosexual que se caracteriza por no ser reproductiva? La orientación homosexual (atracción erótica y emocional hacia el mismo género) ha sido considerada como anormal por lo que se requiere aclararla y explicarla.

Según McKnight (1997), la homosexualidad es un problema para la teoría evolutiva darwiniano, pues cuestiona cómo una preferencia sexual no reproductiva puede sobrevivir. La orientación sexual ha sido persistentemente estudiada por disciplinas como la biología, la sociología, la psicología y la antropología, con el objetivo de encontrar sus causas y explicar su valor adaptativo. Los cambios en la conceptualización social y científica de la homosexualidad y su tratamiento reflejan los cambios en los paradigmas prevalecientes sobre las causas de la conducta humana (Muscarella y otros, 2001). No sorprende, por ejemplo, que hasta los años 60s se creyera comúnmente que la homosexualidad era resultado de influencias patógenas en la niñez en las que se involucraba a ambos padres y cuyo tratamiento resultaba infructuoso (Bullough, 1994).

En la segunda mitad del siglo XX un considerable cuerpo de investigación en sexualidad humana
hizo énfasis en la actividad hormonal (Gorski, Gordon, Shryne and Southam, 1978; Elias and Valenta, 1992; Gladue, Green and Hellman, 1984; Newmark, Rose, Todd, Birk and Naftolin, 1979; Dorner, 1978; Barr and Bertram, 1949; Young, Goy and Phoenix, 1964); de esta manera, las causas de la homosexualidad fueron relacionadas con desbalances hormonales en diferentes niveles del desarrollo. Parte de la investigación estaba orientada a encontrar una cura para la conducta homosexual, pero este tipo de trabajos no fue exitoso (Barker, 1965; Blakemore, Thorpe, Barker, Conway and Lavin, 1963). Más recientemente, se ha estudiado los genes y su influencia sobre la orientación sexual (Nesse, 2001).

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